LA TÉCNICA DEL SEMÁFORO es una estrategia que nos ayuda a mejorar nuestro autocontrol. Gracias a la misma aprendemos a parar, reflexionar y relajarnos antes de actuar. Aprenderla es básica para las familias con hijos con TDAH o trastorno de conducta, sin embargo, para los y las docentes también es vital y puede convertirse en una herramienta realmente eficaz para todo el alumnado. A continuación, tenemos los puntos clave de esta para que podamos entender cómo funciona y cómo aplicarla:
Con la técnica del semáforo asociamos diferentes colores (en
este caso, verde, amarillo y rojo) a diferentes estadios que trabajaremos tras
un conflicto o problema.
Color rojo. Cuando
notamos que estamos muy enfadados, el semáforo se pone en rojo. Deberemos parar
antes de actuar.
Color
amarillo. Es hora de reflexionar: ¿qué siento? ¿Cómo me siento? ¿Cómo
podría responder ante esta situación? Para reflexionar y relajarnos,
recomendamos usar técnicas de relajación que pueden ayudarnos a llegar a un
estado más tranquilo. Mi preferida es la técnica del globo rojo.
Color verde. Una
vez estamos más relajados, hemos identificado nuestros sentimientos y hemos
decidido qué hacer, es hora de que el semáforo se ponga en verde. Ya podemos
actuar.
Con la técnica nos estamos asegurando de que nuestra
respuesta es asertiva y empática con nosotros mismos y los demás.
Es importante acompañar el aprendizaje de esta técnica con
aprendizaje de técnicas de relajación y de emociones. Hemos de asegurarnos que
sabemos identificar las emociones básicas para ser conscientes de cuándo
aplicar la técnica y ser capaces de relajarnos.
Aplicar y aprender la técnica del semáforo en el aula
Para aplicar la técnica del semáforo en el aula, podemos
empezar por hablar de nuestros sentimientos. ¿Qué nos pasa cuando estamos
enfadados? ¿Cómo solemos actuar? ¿Cuándo nos enfadamos? ¿Cómo nos gustaría
actuar en esos momentos? Es importante que nosotros, como adultos, guiemos la
actividad pero que también participemos en la misma.
Además, debemos enfatizar en cómo reconocemos que estamos
enfadados, tristes, contentos… un trabajo previo sobre las emociones que nos
será de gran utilidad.
Después, podemos hacer una pequeña técnica de relajación que
nos ayude a todos a relajarnos un poco tras hablar de nuestros sentimientos.
Debemos buscar una técnica que sea más o menos sencilla y que puedan hacer de
forma autónoma luego. Esta pequeña técnica será la que puedan usar cuando el
semáforo esté en amarillo y tengan que relajarse.
Finalmente, ha llegado el momento de introducir la técnica.
Podemos explicar cómo funciona el semáforo, preferiblemente con un dibujo a
mano. Después pondremos ejemplos de situaciones cotidianas. Si usamos los
ejemplos que ellos mismos habían comentado anteriormente, mejor.
Seguimos trabajando con ejemplos hasta que veamos que
sabemos aplicar la técnica en teoría. También podemos hacer roleplay que nos
ayude a entrar más en materia.
Para acabar con la actividad, haremos entre todos o por
grupos un semáforo con colores, cartulinas… ¡todo lo que queramos usar! Y los
colgamos en la clase para tenerlos a mano cuando lo necesitamos.
CÓMO HACER UN SEMÁFORO DE LA CONDUCTA
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